miércoles, 14 de julio de 2010

Parenthood (1989)

Ron Howard (1954, Duncan, Oklahoma, E.U.) no es un mal director. Pero inexplicablemente para muchos de nosotros, cierto día despertó sintiendose un director serio. Así que comenzó a hacer "BioPics" llenas de “pequeñas” licencias dramáticas; ¿Qué tan pequeñas? Bueno… Por ejemplo: “A beautiful mind”.

¿Cosas que se le olvidó mencionar? John Nash no sufría de esquizofrenia (sus alucinaciones eran completamente auditivas); su esposa se divorció de él 6 años después de haberse casado (y por lo tanto no estuvo presente para ayudarlo a triunfar sobre su enfermedad); era abiertamente anti-semita, etc.



O “Frost/Nixon”. Esa famosa entrevista, esa muestra de periodismo valiente y comprometido en la que un entrevistador ambicioso pone en su lugar a uno de los mas grandes villanos del imaginario colectivo gringo... Esa entrevista en realidad fue un plan macabro de Nixon para mejorar su imagen, y fue realizada con un guión que el mismo Nixon supervisó



Y como ya sabemos que en Hollywood el compromiso con la verdad y la exactitud histórica son pilares inamovibles del quehacer cinematográfico, Ron Howard se llevó su justo merecido por vernos la cara de pendejos:

Sin embargo, todavía quedamos algunos amargados e incrédulos que seguimos pensando que lo que mejor le sale son las películas palomeras, sin pretensiones artísticas ("Willow", "Backdraft", "Ransom", "EdTV", "Apollo13", "How the Grinch stole Christmas", etc).Y de su repertorio, la mejor comedia, EMHO, es "Parenthood" (1989).


Fieles a la mexicanísima costumbre de traducir los títulos con las patas, aquí en México nos llegó como “Todo en la familia”. La premisa es bastante sencilla: Parenthood nos cuenta, a través de los ojos de la familia Buckman, lo difícil que es tener hijos.

los Buckman son una familia deliciosamente disfuncional, basada en las propias familias del mismo Howard, y de los escritores Lowell Ganz y Babaloo Mandel (No, no estoy inventando, uno de los escritores se llama "Babalú"). Todo está ahí: las brechas generacionales, la rebeldía adolescente, el sexo (o la falta de este), la transmisión de las propias inseguridades de padres a hijos, los esqueletos en el closet.

No hay una sola rama de la familia que no nos presente un sabrosísimo y divertido conflicto. Papá Buckman (Jason Robards) es un viejo cascarrabias, que trata a su esposa con la punta del pie; el clásico patriarca americano del siglo pasado, machista, chauvinista, que cree en el valor del trabajo manual, que gusta de trabajar en su auto con una cerveza en la mano, que seguramente vota republicano y que mantiene cero vínculos emocionales con sus hijos. Estos son Gil (Steve Martin), un cuarentón que atraviesa una crisis de identidad, laboral y personal; Helen (Dianne Wiest), la hija mayor, recién divorciada, con dos hijos adolescentes, y en busca del amor; Susan (Harley Jane Kozak), la treintañera que se siente separada de su hija y esposo por un abismo cultural, y Larry (Tom Hulce), el Benjamín de la familia, vago, vividor y estafador que sin embargo es la adoración de Papá Buckmnan.

Pero los conflictos no se quedan en la primera generación. También los hijos y nietios Buckman tienen lo suyo: matrimonios adolescentes, el despertar sexual y la consecuente masturbación excesiva, angustia infantil y traumas psicológicos tempranos, resentimiento por divorcio, falta de imagen paterna, etc . Agregue usted a una abuela sorda y loca y tenemos la receta para muy buena comedia.

Parenthood tiene, además del divertidísimo guión, dos grandes ventajas; La primera de ellas es el excelente cast; Cuenta con 3 ganadores del Óscar (Robards, Wiest y Mary Steenburgen), otros nominados a la misma estatuilla (Tom Hulce, el inolvidable “Amadeus”), luminarias ochenteras (Rick Moranis, Martha Plimpton), y por si fuera poco, superestrellas de hollywood haciendo sus pininos: Un Keanu Reeves de 25 interpretando a un chavo de 17, lejísimos de "Neo" (whoa) y cerquísima de "Ted" (Excellent!):


Y un Joaquín Phoenix de 15 años (que en ese entonces todavía se llamaba "Hoja" (Leaf) Phoenix):


Todavía muy lejos de que se le botara la canica y se lanzara de “rapero” (¡A que esa no se la sabían):


La otra gran ventaja de “Parenthood” es que contrario a lo que uno pensaría, dados el director y el cast, es una película ácida e irreverente, irrespetuosa y rasposita, en la que se abordan sin tapujos temas como la masturbación tanto adolescente como adulta, el uso de drogas y el sexo. Esta película no rezuma miel por ningún lado, y eso siempre, siempre se agradece.

Sin embargo, no todo es belleza. "Parenthood" tiene un defecto, y es a mi parecer un gran, grave defecto. Ese defecto se llama Steve Martin.


El señor Martin hace de “Gil Buckman” un personaje unidimensional y caricaturizado, el mismo pendejo nerviosito del 99.44% de sus películas, aderezado como siempre, con los seis gestos que abarca su amplio rango, incluidos los favoritos de siempre (cara de “me pellizqué un huevo con el cierre”, cara de “que agrio está este limón”, cara de “me estoy aguantando un pedo”, etc).

Si tienen ganas de ver una película divertida, irreverente, y con un hermoso mensaje familiar (¿Qué, creyeron que esta película no tiene bonita moraleja? Es Ron Howard, no David Fincher), reviéntense “Parenthood”. Les aseguro que se van a divertir. Y sobre todo, se van a sorprender agradablemente con un Ron Howard divertido, todavía a años luz de hacer películas en las que Amelie Poulain resulta ser la hija de Jesucristo.




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