domingo, 25 de julio de 2010

Así del precipicio (2006)

Para empezar. ¿Qué chingados significa "Así del precipicio"?

Resulta que el título de esta película hace referencia a un mexicanismo, una seña que se hace con los dedos. Y es esta seña:


En ese contexto, "así" significa: "muy cerca", o "a punto".

Luego entonces, "Así del precipicio", mientras haces la seña con los dedos: "Estás a punto de caer al precipicio".

Es como decir:

"Estoy así de ponerte un madrazo si no te callas"

o haciendo referencia a la película:


"Estuve así de aventar la tele por la ventana
cuando pasaron esta mierda de película".

Aclarado el punto, comencemos.

Desde que en aquel lejano 1999, Antonio Serrano presentó "Sexo, pudor y lágrimas", nuestro cine mexicano sufre de un síndrome que parece incurable, y cuyos síntomas padecen infinidad de historias desde entonces ("Ladies Night", "Efectos secundarios", "la hija del canibal", etc): El síndrome del Drama Yuppie, también conocido como Pre-Condechi. Nos han recetado sin misericordia películas acerca de treintañeros ricos y mimados, que se hunden en una espiral de excesos, adicciones y relaciones destructivas, en la búsqueda de la propia identidad.

Exactamente lo que pasa en "ASÍ DEL PRECIPICIO" (2006), de Teresa Suárez.


"ASÍ DEL PRECIPICIO" (ADP) cuenta las historias de tres mujeres jóvenes que comparten un departamento: Lucía (Ana de la Reguera), una asistente de producción e hija de un hombre acaudalado, Carmen, una artista plástica, y Hanna, una judía a punto del divorcio.

Síndrome del drama yuppie: Historias de niños ricos, problemas de niños ricos. "¡Buu! ¡Tengo mucho dinero y juventud pero no encuentro el amor! ¡No se quién soy y para qué estoy aquí! ¡Y el dinero y los lujos no me consuelan! ¡Estos zapatos de oro con incrustaciones de diamante me aprietan y mi cartera es muy pequeña para todos estos billetes de quinientos pesos! ¡Mi vida es un asco" ¡Buu!

No mamen.

En cuanto a las actuaciones, Ana de la Reguera se pasa media película en bolas. No tengo el más mínimo problema con la desnudez en el cine (bueno, desnudez en las películas, no en el cine... los reto a que se encueren en un cinemex)... siempre y cuando cumpla una función en la trama, lleve la historia hacia algún lado, cumpla alguna función en términos de narrativa visual. Pero no. Es gratuito. Totalmente. Incluido un close-up de cierta parte de su anatomía, que no voy a describir, pero les voy a dar una pista.

Si estuviéramos en españa,
esto sería un conejo...

Y en las partes en las que no sale en pelotas, está increíblemente sobre-actuada. Su personaje es la hija de un millonario, con daddy-issues y problemas de abandono emocional, que a pesar de tener mucho dinero, juventud y belleza, se hunde en los excesos para compensar el hecho de que está enamorada de un patán (un torero) que la usa como mero receptáculo de semen, al que ella busca y busca sin importarle que la trate como jerga. Un papel que hará las delicias de las feministas (juar juar).

Ingrid Martz no actúa tan mal que digamos.  Hanna, su personaje, es una judía, con problemas de intimidad y una suegra castrante, que está a punto del divorcio y tiene que caer en las garras de una lesbiana de closet casada, pero muy colmilluda (Ana Ciocceti), para darse cuenta de que en realidad le gustan las mujeres. Bueno, para que los demás se den cuenta, porque la pobre Hanna transita por la vida (y la película) con cara de asombro y sin enterarse de nada.

Y Gabriela Platas. Ay, Gabriela Platas.


Gabriela Platas interpreta a "Carmen", una artista plástica frustrada porque su carrera no despega, que sueña con exponer en el extranjero (porque por alguna extraña razón, en México nomás no le encontramos nada de "artístico" a un excusado con una sandía encima y un sombrero de charro) y que se rodea de un círculo de adictos y traficantes de drogas. De por sí el papel exige demasiado... ¿y se lo dan a Gabriela Platas? La Platas es el equivalente actoral a que se te cuelgue un vikingo de los pezones... y un vikingo gordo. Es insoportable. No tiene el más mínimo rango. Verla en esta película es como verla en cualquier sketch del extinto "otro rollo", pero sin Adal Ramones (gracias a dios) y con groserías y cocaína.

No puede faltar en este tipo de películas el bonito abanico de estereotipos. Para esta escogieron homosexuales; El gay de clóset (y cocainómano), la vestida (y cocainómano), y el asistente de vestuario homosexual (y cocainómano). ¿Qué tal le caerá a la comunidad homosexual que los representen en la pantalla como metáforas de auto-degradación con patas?

El guión está de la ultra chingada y las actuaciones están peor, pero a lo mejor está bien dirigida ¿no?

No.

¿Quien chingados es Teresa Suárez? Pues una chava que trabajó de asistente de arte en diversos comerciales de El Negro (González Iñárritu) y Simón Bross. Este es su primer guión y su primer película. Como quien dice, le falta muchísimo que aprender, como no abusar de las metáforas simplonas (presentar "acelerada" una secuencia donde los personajes se meten droga toda la noche) y de la ironía y el sarcasmo burdos (Lucía es regañada por su papá, quien le dice "No entiendo porque eres tan violenta", mientras él se encuentra en su despacho, sentado de espaldas a una pared llena de cabezas de animales y vestido de cazador). Y no me hagan hablar de las secuencias oníricas: Lucía sueña que mata a su torero galán enmedio del ruedo, entre aplausos; Hannah sueña que hace el amor con la "Sara Lee" de los pasteles y las sorprende la negrita de los hot-cakes y Carmen sueña que está exponiendo en el extranjero, pero que su obra (una espiral de coca) es absorbida por un wey con una aspiradora. ¿Alguien sabe como deletrear "obviedad"?

Y por si ustedes no fueran lo suficientemente suspicaces para entender el "mensaje" de la película, los créditos finales vienen aderezados con una bonita canción de Alejandra Guzmán que dice "necesito amarme para amar a los demás".

Teresa Suárez dice de su película "Me interesaba hablar de estos problemas sin moralismo y sí desde el modo (sic) que lo viven las mujeres. Esta historia está basada en vivencias propias"

¿Moraleja? Por muchas "vivencias" que tengas, el hecho de que te metas 12.2 kilos de coca al año no significa que eres capaz de escribir y dirigir una película.

Esta reseña fue publicada originalmente el 14 de octubre de 2008 en "Eterno resplandor de una mente desempleada", otro blog de mi autoría.

viernes, 23 de julio de 2010

Joyas de la piratería: Vanilla Sky.

Sinopsis (seguramente traducida con un traductor online de internet), en el reverso de la versión pirata de "Vanilla Sky":


"David Aames (Crucero Tom) aparece conducir una vida encantada. Hermoso, rico y carismático, el New York City joven que publica la existencia freewheeling del ejecutivo es encantador, con todo él se parece algo está perdido. Entonces, en una noche David resuelve Sofía (Penélope Cruz), la muchacha de sus sueños, pero la pierde incurriendo en pequeña equivocación. El empuje inesperado sobre un paseando de roller costero de romance, la comedia, suspicacia del amante, del sexo y de los sueños, David se encuentra en búsqueda para su alma y descubre la naturaleza efímera del amante verdadero."

domingo, 18 de julio de 2010

Punch-Drunk Love

Esta es la escena. Estás en Centro Santa Fe, y después de disfrutar un delicioso macchiato de caramelo en Starbucks, se te antoja comprar una película y diriges tus pasos hacia Mixup…


Sí, tienes razón, Alfonso. Va de nuez.

Esta es la escena. Estás en el tianguis de los domingos en San Juan de Aragón, y después de disfrutar un delicioso jarrito de tequila con squirt y chile piquín, se te antoja comprar una película pirata y diriges tus pasos hacia el puesto del Chucho.

El Chucho tiene un sistema de clasificación que ya quisiera el mejor Mixup. Los “estrenos” (y una o dos películas que no han sido estrenadas) se encuentran en su lugar de honor en la pared, y abajo se encuentran las “clásicas”… aunque “clásicas” en su definición Chuchesca es un término muy amplio que agrupa a Orson Welles con Jean-Claude Van Damme. Retomando, las “clásicas” se encuentran acomodadas en hileras por género; que las mexicanas, que “las de miedo” (sic), que las de acción, que las de ciencia ficción, etc. Hoy no tienes ganas de complicarte la existencia y se te antoja una película de comedia.


No, no de ese tipo de comedia.


En la hilera de comedia, que se encuentra acomodada por actor, Adam Sandler es el rey. Como eres fan de Adam Sandler, prácticamente ya has visto todo lo que ha hecho, así que le das un desganado vistazo a esa sección, sin esperanzas de encontrar algo nuevo. “Little Nicky”, ya la tienes; “The Wedding Singer”, ya la tienes; “50 First dates”, ya la tienes; “Spanglish” POR SUPUESTO que la tienes; “Billy Madison”, te da pena admitirlo pero ya la tienes; “Click” te da todavía más pena admitirlo y quisieras que no existiera pero ya la tienes; “Embriagado de amor”, ya la…

Espera.

¿”Embriagado de amor”? ¿”PUNCH-DRUNK LOVE”?


Ah chinga… esta no la conoces. ¿Cómo es posible? Ruegas porque la portada sea copia de la original y no un diseño en MSpaint, como hacen algunos de los piratas más creativos. Parece copia de la original. A ver, ¿quién dirige?


“No…. No puede ser”, te dices. A ver…


Sí, sí puede ser. Es una película de Paul Thomas Anderson con Adam Sandler.


Esto merece mayúsculas: UNA PELÍCULA DE PAUL THOMAS FUCKING ANDERSON CON ADAM FUCKING SANDLER.


Corres a tu casa a disfrutar de tu nueva adquisición, y efectivamente, la disfrutas enormidades. Es una maravillosa película. Pero a la vez sientes un malsano placer, al pensar en los pobres pendejos que tanto en cine como en DVD, ilusionados pensaban que iban a ver una película de Adam Sandler. Y no, es una película de PAUL THOMAS ANDERSON con Adam Sandler. No es lo mismo, y no es igual.

Paul Thomas Anderson (1970, California, E.U.), para que entiendan de lo que estamos hablando, es uno de los directores más propositivos y arriesgados del cine norteamericano actual.


Es autor de joyas como “Cigarrettes and Coffee” (1993), la MARAVILLOSA “Boogie Nights” (1997, también conocida como “esa película con el pitototote de Mark Walhberg”)...


...la increíble “Magnolia” (1999) y “There will be blood” (2007), todas ellas películas increíblemente complejas, que no le sientan bien al público promedio, consumidor de blockbusters, películas de acción, comedias sexosas, y sobre todo, que no le sientan bien al público acostumbrado a ver a Adam Sandler en papeles como este:


¿Cómo fue que Adam Sandler llegó a una película de Paul Thomas (fucking) Anderson?

En el festival de Cannes del año 2000, Anderson presenta “Magnolia”, y durante la conferencia de prensa posterior, un reportero le pregunta cuál sería su próximo proyecto. “Una comedia romántica con Adam Sandler”, respondió, y la prensa y el público estallaron en carcajadas. Seguramente, mientras todos reían él pensaba “Pero yo reiré al último, pendejos”.

La verdad es que la intención de Anderson era hacer de su siguiente proyecto algo totalmente diferente. En primer lugar, porque se encontraba increíblemente cansado después de hacer, en un lapso de 3 años, “Boogie Nights” y “Magnolia”, películas con una trama complicada, con muchos personajes, con muchas locaciones, con un ritmo de producción apabullante. Además, personalmente sentía que no quería hacer otra película multi-personajes como las ya citadas y que el formato ya no le ofrecía nada más. Incluso le atraía la idea de hacer una película que la crítica jamás esperaría de él. Dado que es íntimo amigo de Adam Sandler, no le costó nada de trabajo convencerlo de aceptar el papel.


La idea de “Punch-Drunk love” le vino a la mente a Anderson traes leer un artículo en la revista “Time”, acerca de un tipo llamado David Phillips, que aprovechó un error en una promoción de canjear productos por millas de viajero frecuente, se gastó tres mil dólares en doce mil paquetes de pudín… y los canjeó por un millón doscientas cincuenta mil millas.

Y esa es básicamente, la trama de la película. Barry Egan es un fracasado, soltero y sin novia que tiene siete hermanas que lo mangonean y no lo bajan de pendejo y puto, se enamora de la amiga de una de sus hermanas


es víctima de una extorsión telefónica… ah, y compra pudin para ganarse millas de viajero frecuente. Nada más.


Y esa es la razón por la que esta película no es apta para el consumidor promedio de películas de Adam Sandler. Porque no pasa nada más. En una película “normal”, o al menos de estructura hollywoodense convencional, Barry crecería gracias al amor de Lena, se encontraría a sí mismo, se libraría del yugo de sus hermanas y se convertiría al fin en un hombre. O idearía un plan divertidísimo para recuperar el dinero que perdió con los estafadores. O utilizaría sus millones de millas de viajero frecuente para perseguir a Lena y mostrarle que la seguiría hasta el último rincón del mundo con tal de ganar su amor. Nope… nada, NADA así sucede. Sí, Barry y Lena se enamoran, pero Barry sigue siendo un fracasado, sus hermanas lo siguen tratando como pendejo, nunca recupera su dinero y es más, no puede utilizar sus millas de viajero frecuente porque la promoción tarda de 6 a 8 semanas, y tiene que sacar dinero de su bolsa para pagar por sus boletos de avión.

¿Y sí no hay trama, no hay arco dramático, y el personaje central es un odioso pusilánime con el que nadie se identifica… si no pasa nada, qué es lo que hace a esta película tan grandiosa?

Los gringos lo llaman “MOOD”. Acá, la mejor descripción que tenemos es “ESTADO DE ÁNIMO”. “Punch-Drunk Love” es un viaje emocional que apunta directamente a tu estado de ánimo. Con infinita maestría, el director logra ponerte en el personaje, y experimentar todos los estados de ánimo por los que este atraviesa; ira asesina, tristeza devastadora, soledad y vacío.


Esto no solo lo logra a través de los personajes. La puesta en cámara y la música van de la mano, y experimentan de manera arriesgada (hay partes en las que sólo hay música y colores e incluso, un “error” donde la cámara golpea un mueble y el foco se altera es intencional y les costo 5 o 6 tomas).

“Punch-Drunk Love” es una película con personajes entrañablemente raros, ajenos, reclusos de sí mismos, interpretados con maestría por, además de los habituales de Anderson (Phillip Seymour Hoffman, Luis Guzmán), una Emily Watson en extremo deseable (me inquieta terriblemente que me guste una mujer que se parece tanto a Gary Oldman)


y sobre todo un Adam Sandler que sorprende agradablemente (y que con “Spanglish” -2004- lo volvió a hacer y demostró que Jim “jetas” Carrey no es el único comediante que puede hacer cine serio).

Les recomiendo ampliamente que vean “Punch-Drunk Love” una película que rompe estereotipos y que mediante una narrativa no convencional los llevará, a través de un viaje emocional extremo, a espiar ese breve instante en el que dos almas solitarias cruzan sus vidas.

Eso es todo en esta ocasión, nos despedimos Alfonso y un servid…

¿Alfonso? ¿Dónde andas, cabrón?



Nevermind.


jueves, 15 de julio de 2010

Asaltan rodaje de Arturo Ripstein

Asaltan rodaje de Arturo Ripstein



Los atacantes golpearon a un actor y se llevaron 11 computadoras, cámaras, equipo de arte y material filmado; la policía del DF insinúa autorrobo
EFE

CIUDAD DE MÉXICO, 14 de julio.- El rodaje de Las Razones del Corazón, del director mexicano Arturo Ripstein, fue asaltado por un grupo de hombres armados que se llevaron equipos y material de la película por valor de 300 mil pesos (unos 24 mil 300 dólares), reveló hoy la guionista del filme.

"Golpearon a un actor [Alejandro Suárez; le rompieron dos costillas y le dijeron 'te traigo finto, te traigo finto, te traigo finto' -nota de Pedro-] y a tres personas de la producción", aseguró Paz Garciadiego, esposa y habitual creadora de los guiones del realizador de cintas como Profundo Carmesí.

El rodaje se llevaba a cabo en un edificio del Centro Histórico de la Ciudad de México.

"Afortunadamente no hubo pérdida de vida humana", explicó Garciadiego, quien calificó lo ocurrido como "un tremendo susto" y confirmó que el director no se encontraba en el lugar del asalto, ya que se hallaba filmando con algunos actores.

Los ladrones se llevaron 11 computadoras, las cámaras de foto fija y las usadas para elmaking of, equipo de arte y el material tomado hasta entonces con dichos instrumentos, además de efectos personales.

No fue robado ningún rollo de la película [Lamentablemente -nota de Pedro-] y el rodaje ha seguido hoy adelante "con un ambiente de miedo", reconoció la guionista.

Garciadiego lamentó que la policía del Distrito Federal no se tomase en serio la denuncia interpuesta.

"Pedimos protección, que nos mandaran una patrulla y no ha aparecido", criticó.


La cineasta se mostró indignada sobre la insinuación de "autorrobo" que les hizo la policía, cuestionando que hubiera tantos equipos informáticos en el lugar, un salón de clases donde se ubicaba la producción.

"Habla muy mal del nivel cultural de quien recibe la denuncia", dijo Garciadiego, quien confió en que no se vean obligados a recurrir a las organizaciones de la comunidad cinematográfica para presionar a la policía capitalina para que haga su trabajo.

Las Razones del Corazón está protagonizada por Arcelia Ramírez y Patricia Reyes Spíndola. El guión es obra de la propia Garciadiego, que prefirió mantener en suspenso los detalles del argumento de la cinta.

Ripstein, autor de películas como El Coronel no tiene quien le Escriba y La Virgen de la Lujuria, es uno de los directores más prestigiosos del cine mexicano y con mayor reconocimiento internacional.

Curiosamente, el Gobierno del Distrito Federal ha lanzado en los últimos años una campaña en pro de atraer filmaciones a la metrópoli como modo de publicitarla y generar industria en este sector.

El Centro Histórico, una de los sectores clásicos y más bellos de la ciudad, ha sido uno de los escenarios empleados por rodajes como los de El Atentado y Nómadas, de próximo estreno.

Ripstein no es el único director de cine mexicano que se ha visto afectado por la inseguridad y violencia que se vive en el país por causa del crimen organizado y la delincuencia común.

Guillermo del Toro (El Laberinto del Fauno) renunció a vivir y filmar en México tras el secuestro de su padre en 1997, al no ver garantizada su seguridad ni la de su familia.

La prensa cinematográfica internacional hizo eco hace unos años de incidentes, aunque sin tener que lamentar grandes pérdidas o violencia, durante el rodaje en Ciudad de México de Man on Fire, protagonizada por el estadunidense Denzel Washington y dirigida por Tony Scott.

miércoles, 14 de julio de 2010

Parenthood (1989)

Ron Howard (1954, Duncan, Oklahoma, E.U.) no es un mal director. Pero inexplicablemente para muchos de nosotros, cierto día despertó sintiendose un director serio. Así que comenzó a hacer "BioPics" llenas de “pequeñas” licencias dramáticas; ¿Qué tan pequeñas? Bueno… Por ejemplo: “A beautiful mind”.

¿Cosas que se le olvidó mencionar? John Nash no sufría de esquizofrenia (sus alucinaciones eran completamente auditivas); su esposa se divorció de él 6 años después de haberse casado (y por lo tanto no estuvo presente para ayudarlo a triunfar sobre su enfermedad); era abiertamente anti-semita, etc.



O “Frost/Nixon”. Esa famosa entrevista, esa muestra de periodismo valiente y comprometido en la que un entrevistador ambicioso pone en su lugar a uno de los mas grandes villanos del imaginario colectivo gringo... Esa entrevista en realidad fue un plan macabro de Nixon para mejorar su imagen, y fue realizada con un guión que el mismo Nixon supervisó



Y como ya sabemos que en Hollywood el compromiso con la verdad y la exactitud histórica son pilares inamovibles del quehacer cinematográfico, Ron Howard se llevó su justo merecido por vernos la cara de pendejos:

Sin embargo, todavía quedamos algunos amargados e incrédulos que seguimos pensando que lo que mejor le sale son las películas palomeras, sin pretensiones artísticas ("Willow", "Backdraft", "Ransom", "EdTV", "Apollo13", "How the Grinch stole Christmas", etc).Y de su repertorio, la mejor comedia, EMHO, es "Parenthood" (1989).


Fieles a la mexicanísima costumbre de traducir los títulos con las patas, aquí en México nos llegó como “Todo en la familia”. La premisa es bastante sencilla: Parenthood nos cuenta, a través de los ojos de la familia Buckman, lo difícil que es tener hijos.

los Buckman son una familia deliciosamente disfuncional, basada en las propias familias del mismo Howard, y de los escritores Lowell Ganz y Babaloo Mandel (No, no estoy inventando, uno de los escritores se llama "Babalú"). Todo está ahí: las brechas generacionales, la rebeldía adolescente, el sexo (o la falta de este), la transmisión de las propias inseguridades de padres a hijos, los esqueletos en el closet.

No hay una sola rama de la familia que no nos presente un sabrosísimo y divertido conflicto. Papá Buckman (Jason Robards) es un viejo cascarrabias, que trata a su esposa con la punta del pie; el clásico patriarca americano del siglo pasado, machista, chauvinista, que cree en el valor del trabajo manual, que gusta de trabajar en su auto con una cerveza en la mano, que seguramente vota republicano y que mantiene cero vínculos emocionales con sus hijos. Estos son Gil (Steve Martin), un cuarentón que atraviesa una crisis de identidad, laboral y personal; Helen (Dianne Wiest), la hija mayor, recién divorciada, con dos hijos adolescentes, y en busca del amor; Susan (Harley Jane Kozak), la treintañera que se siente separada de su hija y esposo por un abismo cultural, y Larry (Tom Hulce), el Benjamín de la familia, vago, vividor y estafador que sin embargo es la adoración de Papá Buckmnan.

Pero los conflictos no se quedan en la primera generación. También los hijos y nietios Buckman tienen lo suyo: matrimonios adolescentes, el despertar sexual y la consecuente masturbación excesiva, angustia infantil y traumas psicológicos tempranos, resentimiento por divorcio, falta de imagen paterna, etc . Agregue usted a una abuela sorda y loca y tenemos la receta para muy buena comedia.

Parenthood tiene, además del divertidísimo guión, dos grandes ventajas; La primera de ellas es el excelente cast; Cuenta con 3 ganadores del Óscar (Robards, Wiest y Mary Steenburgen), otros nominados a la misma estatuilla (Tom Hulce, el inolvidable “Amadeus”), luminarias ochenteras (Rick Moranis, Martha Plimpton), y por si fuera poco, superestrellas de hollywood haciendo sus pininos: Un Keanu Reeves de 25 interpretando a un chavo de 17, lejísimos de "Neo" (whoa) y cerquísima de "Ted" (Excellent!):


Y un Joaquín Phoenix de 15 años (que en ese entonces todavía se llamaba "Hoja" (Leaf) Phoenix):


Todavía muy lejos de que se le botara la canica y se lanzara de “rapero” (¡A que esa no se la sabían):


La otra gran ventaja de “Parenthood” es que contrario a lo que uno pensaría, dados el director y el cast, es una película ácida e irreverente, irrespetuosa y rasposita, en la que se abordan sin tapujos temas como la masturbación tanto adolescente como adulta, el uso de drogas y el sexo. Esta película no rezuma miel por ningún lado, y eso siempre, siempre se agradece.

Sin embargo, no todo es belleza. "Parenthood" tiene un defecto, y es a mi parecer un gran, grave defecto. Ese defecto se llama Steve Martin.


El señor Martin hace de “Gil Buckman” un personaje unidimensional y caricaturizado, el mismo pendejo nerviosito del 99.44% de sus películas, aderezado como siempre, con los seis gestos que abarca su amplio rango, incluidos los favoritos de siempre (cara de “me pellizqué un huevo con el cierre”, cara de “que agrio está este limón”, cara de “me estoy aguantando un pedo”, etc).

Si tienen ganas de ver una película divertida, irreverente, y con un hermoso mensaje familiar (¿Qué, creyeron que esta película no tiene bonita moraleja? Es Ron Howard, no David Fincher), reviéntense “Parenthood”. Les aseguro que se van a divertir. Y sobre todo, se van a sorprender agradablemente con un Ron Howard divertido, todavía a años luz de hacer películas en las que Amelie Poulain resulta ser la hija de Jesucristo.